Este tiempo de claustro forzado por una pandemia -que alcanza niveles inimaginables para nosotros hace unos meses-, nos invita a meditar sobre muchas cosas. «Fragilidad» es una palabra que se le viene a uno con frecuencia a la cabeza. Hemos tomado conciencia de nuestra fragilidad. Un bicho microscópico se ha coronado rey del planeta que habitamos. Un monarca tiránico, que no respeta la vida, que confina, encarcela y persigue. Para los venezolanos una variante extrema de algo que ya conocemos.
Somos frágiles, somos débiles. Todo lo que ayer parecía fuerte e inconmovible, luce hoy endeble, indefenso. Ser rico, ser pobre, poderoso o débil, es todo tan relativo. Pienso en Italia y la soledad de sus bellos monumentos que solo son fría piedra si no hay un alma humana que los goce y contemple. El mundo es mundo porque nuestro cerebro así lo ha decidido, al final solo somos nuestro propio relato. Pienso en España, reconociéndose como una nación unida por la presencia de un verdadero enemigo que viene a decirles que solo juntos son fuertes.
Somos frágiles, a veces nuestra vida depende la solidaridad y de la sabiduría de nuestro prójimo, de nuestra capacidad para convertirnos en responsables de nuestros hermanos. Piensa uno en los que nos cuidan, en los que en estos días han dado todo de sí para salvar vidas y nos viene la bella frase del Talmud: «Quien salva a un hombre salva a toda la humanidad».
Somos frágiles, ya puede percibirse que la humanidad no será la misma luego de esto. Un virus nos ha puesto en jaque y esto hará que nos replanteemos muchas cosas en relación con nosotros mismos, con nuestra manera de vivir, de ser. No hay mayor riqueza que el tiempo, ni casa de mayor lujo que la morada interior. Después de todo, que pequeñito el mundo es «como un juguete de cristal que con cariño hay que cuidar».
Somos frágiles, cierto, pero también somos fuertes, pero descubrimos que nuestra fuerza no está en el arsenal atómico que puede destruir, sino en los hospitales que pueden salvar, en la solidaridad que somos capaces de construir como especie. Somos poderosos porque nuestro mayor arsenal son nuestras bibliotecas. Allí está todo lo que somos desde que uno de nuestros antepasados encendió un fuego, que también fue chispa de inteligencia robada a los dioses en una aventura que, aún hoy, continúa. Nuestra fuerza es la inteligencia, sin duda, por eso el virus será vencido. Nos recuperaremos como tantas veces lo hemos hecho y seguiremos construyendo un mundo que tiene sentido porque estamos nosotros en él.
Amanece en el lugar en el que me encuentro, la oscura noche cede y los albores de un nuevo día anuncian que dentro de poco saldrá el Sol. Es el mismo sol que iluminó a Sócrates y a Pasteur, a Miguel Ángel y a la señora Curie y a tantos otros que tienen que ver con nuestras vidas, con nuestro destino. El vislumbre de un nuevo día me recuerda que esta es una carrera de relevos y que la respuesta a todo el misterio de lo que somos está -como diría Whitman- en “Que estas aquí, que existe la vida y la identidad, que el poderoso drama prosigue y que puedes contribuir con un verso”.
La arena infinita del reloj que mide la brevedad de mi tiempo, ignora que debe su infinitud a este efímero ser que la piensa.
Dios te bendiga Laureano….y no deje de darte siempre esa la palabra oportuna.
Saludos desde Maringá (la misma que cantara Leo Marini con La Matancera) en el sur de Brasil
«La arena infinita del reloj que mide la brevedad de mi tiempo, ignora que debe su infinitud a este efímero ser que la piensa.» Épico Laureano, gracias!
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la la laaaa la la ra la la la!!
la la laaaa la la ra la la la!!
la la laaaa la la ra la la la!!
la la laaaa la la ra la la la!!
Oye, abre tus ojos, mira hacia arriba
Disfruta las cosas buenas que tiene la vida
Abre tus ojos, mira hacia arriba.
Disfruta las cosas buenas que tiene la vida
Un descanso en el camino, una botella de vino
Un suspiro, una mirada, una alegre carcajada
Una cara en el espejo, un amigo un buen consejo
Un viaje en barco o velero, aunque no llegues primero
Un caballito herrero, que no corra por dinero
Un palmar, un riachuelo, un pedacito de cielo
Mira bien alrededor, y veras las cosas buenas
Que la vida es un amor, olvidate de tus penas
Oye, Abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas
Que tiene la vida, abre tus ojos, mira hacia arriba,
Disfruta las cosas buenas que tiene la vida
Abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas
Que tiene la vida, abre tus ojos, mira hacia arriba,
Disfruta las cosas buenas que tiene la la la la
la la ra la la la
la la lala la ra la la la
la la lala la ra la la la
la la lala la ra la la la
Oye, Abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas
Que tiene la vida, abre tus ojos, mira hacia arriba,
Disfruta las cosas buenas que tiene la vida
Abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas
Que tiene la vida, abre tus ojos, mira hacia arriba,
Disfruta las cosas buenas que tiene la vida
Una playa, un cumpleaños
Un buen recuerdo de antaño
Un olor a hierbabuena, una conversación amena
Un romance que a nacido, que te roba los sentidos
Un parque lleno de niños, un bellisimo cariño
Una lagrima, un momento, pese a todo sentimiento
Una musica muy bella, un perfume, una estrella
Mira bien alrededor, y veras las cosas buenas
Que la vida es un amor, olvidate de tus penas
Oye, abre tus ojos, mira hacia arriba
Disfruta las cosas buenas que tiene la vida
Abre tus ojos, mira hacia arriba.
Disfruta las cosas buenas que tiene la la la la
la la ra la la la
la la lala la ra la la la
la la lala la ra la la la
la la lala la ra la la la
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Humano, sentido definitivamente como dice Edna Ruedas Abraham estamos obligados a ser mejores juntos ,gracias Laureano como Venezolana, me enorgullece personas como usted, un abrazo en la distancia, volveremos a estar juntos
Pues si, mi querido Laureano. Somos tan frágiles, que estamos todos arrodillados y escondidos en nuestras casas por temor a algo que no vemos. Nos damos cuenta que todo es relativo. Si tenemos carro, no lo podemos usar. Si tenemos dinero, no nos sirve de mucho…si compramos todo el jabón del mundo y todos los desinfectantes, no nos ayuda porque si dejamos a los demás son jabón y sin desinfectante, igual nos podemos enfermar. Tenemos que comprender que la salud del otro, es mi salud. Debemos comprender que esta lucha es de todos juntos, ayudando a los demás…
Laureno, Gracias!, Excelente como siempre…
Cómo siempre, muy real.
Nos invita a reflexionar
Excelente
Como siempre genial, nuestra mayor Fortaleza, empieza en nuestra Fragilidad
Un enemigo invisible nos demuestra cuan débiles somos y ojalà aprendamos la lección ya q la Via Láctea es menos q un punto en el espacio
Excelente Laureano, orgullo venezolano. Dios y la virgen nos brinden sabiduría y humildad en estos momentos frágiles de nuestras vida y solidaridad para quienes nos necesitan y para nosotros mismos. «Cuidate que yo te cuidaré»
Que hermoso Sr Laureano, un placer leerlo y aprender de una persona tan sabía cómo usted.