Nada muestra más el carácter de una persona que lo que encuentra risible. GOETHE
Es curioso que un humorista tenga que hacer un comunicado para desmentir un chiste, pero así están las cosas en Venezuela en estos tiempos de intolerancia. Los equívocos en las redes sociales son frecuentes y así como ellas favorecen la comunicación democrática, pueden ser fuente de falsedad y manipulación, como en este caso en el que han puesto a circular varios chistes, uno con el título de El desayuno y otro con el de Cómo hizo Dios a los venezolanos, cuya autoría alguien me atribuyó, añadiendo mi fotografía y mi nombre, al menos en el primero de ellos. Los escritos son por demás conocidos y de vieja data. Esto no pasaría de ser un dislate más de los que habitualmente pueblan las redes si el ambiente nacional no estuviese tan caldeado por el odio y la agresión. Quien me sigue y conoce mi estilo, mi manera de pensar y proceder sabe que no es ese el “humor” en el que creo y practico. Creo, como decía Kolakowski en la “filosofía del bufón”, en el humor como la posibilidad de conciliar aspectos del hombre difícilmente conciliables: “la bondad sin debilidad, el valor sin fanatismo, la inteligencia sin desesperación, la esperanza sin ceguera”.
Siempre he asumido la responsabilidad por las cosas que escribo y he recibido sanciones y amenazas de sanciones por expresar mis opiniones, que no distribuyo anónimamente en las redes porque cuento con espacios y redes suficientemente conocidos. Lo que no estoy es dispuesto a asumir chistes o escritos que otros me endosen, sea con buena o mala intención. 

Muchas gracias.
P.S.: Das Kapital, que también me andan atribuyendo por ahí, tampoco lo escribí yo. Fue uno de los hermanos Marx; Carlos, concretamente.