Sin vaina que esta gente es de antología: nos asesinan, nos torturan, masacran a la juventud en las calles, a los niños en los hospitales, a los ancianos en sus casas por falta de medicamentos y de la seguridad para la que trabajaron durante toda su vida, dejan el país criminalmente en tinieblas porque se robaron hasta el último céntimo del presupuesto eléctrico y encima pretenden que les amemos.
El “fiscal” promueve una ley contra el odio, es decir, una ley contra ellos mismos, contra los fundamentos de su desquiciada robolución, que no ha hecho otra cosa que maltratar, insultar, destruir y promover toda clase de odios y resentimientos desde el primer día. Cómo olvidar que de aquellas frituras de cabezas en aceite, vienen estas masacres. Las palabras no se las lleva el viento, son semillas que, lanzadas desde la ira descontrolada de los balcones del pueblo, terminan germinando con su savia de sangre, porque sin duda, el odio moviliza más que el amor, porque es más simple y visceral, pero sólo el amor perdura, construye y transforma para lo noble, para lo bueno, para lo justo.
El odio es, efectivamente, algo muy malo. El chavismo es la muestra más clara y contundente de hasta dónde el odio puede llegar. En lo personal, el odio envilece a quien lo siente y si lo vemos en términos de utilidad práctica, perjudica solo al portador, sin que en nada afecte a su destinatario. Cuando el odio es promovido desde el poder, siempre termina en tragedia. Ahí tenemos -por poner otro ejemplo- al nazismo, como la muestra mas acabada de un sistema edificado sobre el odio convertido en el motor de toda una nación.
El odio y el humor nunca se han llevado bien. El segundo es siempre una relación contra el primero, lo aniquila, lo desmonta. No puede haber humor odioso ni odio humorístico, será otra cosa, pero no humor. El humor, como bien dijo Jose Francés debe tener “gracia, verdad, bondad y poesía”. La verdad es una de las ideas más peligrosas que existen. En la opresión política, la primera víctima es la verdad: los medios deben ser controlados, los comunicadores perseguidos, los humoristas silenciados. Es que la fuerza de la verdad desnuda al emperador como en el cuento de Andersen y le deja con sus vergüenzas al aire.
Hace muchos años, tuve el gusto de participar en un programa de radio en KYS FM (la emisora del inolvidable Oswaldo do Yepes), junto a Alba Cecilia Mujica y Sergio Novelli, acudía los días viernes para lo que llamábamos “viernes de humor”. Allí vi por vez primera a un joven muy simpatico, pelo largo, de contextura delgada, risa fácil, vestimenta sencilla, sin ostentación. Tenía cara de árabe y nombre también. Daba la impresión de ser una persona bondadosa, de un alma inquieta por las injusticias todas del mundo, defendía los derechos humanos, estaba en contra de las masacres, de los abusos del poder y como era -ademas-poeta, promovía también el amor, al fin y al cabo en eso consiste el oficio de ser poeta. De esto hace ya más de veinte años, que como decía Gardel, “no es nada”, pero también puede ser mucho, cuando se ha decidido dejar de estar del lado de las víctimas, para convertirse en verdugo.
¿Una ley contra el odio? Verdaderamente, más te valdría promover una ley en contra de la lástima
Si algún legado ha dejado Chávez es el legado del odio. También lo utilizó su padre político Fidel Castro. La sospecha, el insulto, la degradación, las maldiciones están allí grabadas en las innumerables alocuciones de su aló presidente.
Los que todavía detentan el poder lo hacen amparados en la boca de un fusil y sus amenazas, exterminio y hechos fundados en el odio que su “padre Chávez” les inculcó. Sin embargo, toman el mismo tema para recomendar que se castigue a los que odian. Es huir hacia delante.
Los corruptos, los pillos, los resentidos sociales, los recolectó Hugo Chávez, y así vemos lo mas “granado” en sus sucesores: la terrible ignorancia de un grandulón inculto y mitómano llamado Nicolas Maduro, acompañado de una señora llena también de valores y principios endebles cubiertos con un profundo resentimiento social como Cilia Flores. Los insaciables en su sed de venganza como los hermanos Rodríguez, la interminable frustración de lo que Diosdado Cabello sufrió como militar humillado por su vida de pobreza, la crueldad de una mujer como Iris Varela cobrando su marginalidad a los venezolanos aliándose con delincuentes y sociópatas. Los diplomáticos humillados por su grupo social pacato y timorato por su preferencia sexual como Roy Chaderton y Tarek William Saab. Los comunicadores exquisitos y mercenarios universitarios como J. V. Rangel, los hermanos Villegas y L.V. León y los vulgares delincuentes confesos como Mario Silva y la caterva que está en la televisión y la radio que todos conocen.
En fin, todo eso aderezado con el odio de tan extraña a nuestra idiosincrasia venezolana el llamado Hezbolá. El texto fundacional de Hezbolá, bajo el nombre de Al-Nass Al-Harfi Al-Kamil li-Risalat Hizbullah ila al-Mustad‘afininto”(…) sostiene que el matar al enemigo, (y enemigo es todo el que NO practique y piense como ellos), es un acto divino de bondad.
Y todo muy bien condimentado con una santería de primitiva y supina ignorancia; conforman el coctel llamado Odio Chavista.
Muchas gracias Laureano, por tu inagotable habilidad y sapiencia cuando escribes y nos enriqueces a todos con tus reflexiones certeras y bien documentadas.
Lo conocí hasta una hamburguesa le brindé,a malaya como no le vi la costura al traje, diría mi madre tenia poder de convencimiento y ahora veinte años después impulsa una Ley contra el odio .
Odio que alimenta su desgobierno donde él es fiel cooperante donde día a día se vulneran nuestros derechos humanos donde no le importa el dolor por falta de medicinas donde la falta de lo básico para vivir que viene por gotas,y pare usted de contar toda una tortura acompañada por el ensañamiento de sus cuerpos formados por mercenarios. Pero pronto amigo las caretas están todas en el piso aquellos que llegaron como este poeta traidor,tan bien caerá y será juzgado por el tribunal supremo liderado por la JUSTICIA DIVINA.
Recuerdas Laureano, la famosa historia de Rimbaud. El poeta, convertido en un ser humano normal luego de veinte años de farra. Fue reconocido por alguien que le preguntó ? No es usted Rimbaud?. Lo fui, contestó el ex poeta. Así ha pasado con todos los funcionarios de esta máquina de hacer el mal que alguna vez pensaron en hacer el bien
Tienes razon. Pienso que a Tared W saab se le subio el poder de fiscal y lo convirtio en verdugo. Era quien se decia defensor de los ddhh y ademas poeta. La poesia es amor, es bohemia, es paz, serenidad,belleza y donde tiene eso el fiscal