Dicen que el sentido del ridículo “es aquello que nos hace estar pendientes por no hacer nada que pueda causar molestia o provocar risas por parte de los demás”. Hay personas que tienen un alto sentido del ridículo y otras en las que escasea, es decir, personas que tienen una mínima preocupación porque aquello que dicen o hacen mueva a la risa. Hay muchos tipos de risa. Para un comediante, por ejemplo, la risa de los demás constituye la mayor satisfacción, vive para ello. Esto no quiere decir que él haga el ridículo, pues si alguien tiene un elevado sentido del ridículo es el comediante. La risa que el ridículo produce es diferente: no es humorística, sino que se convierte en una expresión de lástima o vergüenza.
Recuerdo, hace muchos años, haber asistido al montaje de una versión de Otelo en la que trabajaba un querido compañero de Radio Caracas Televisión. Durante la representación del clásico teatral, los asistentes reíamos de buena gana al ver el divertido montaje cómico que un elenco de actores dramáticos había conseguido de la célebre tragedia de Shakespeare. Cuando al final de la obra acudí a felicitar a mi compañero -que era, casualmente, el que daba vida al moro de Venecia-, el ambiente en el camerino sí que era de verdadera tragedia. Él, con los ojos vidriosos de llanto, me preguntó: “¿pero por qué se reían?”. La pregunta me puso al tanto de que la auténtica desgracia se desarrollaba detrás del escenario: esa divertida obra, la que yo como cómico habría querido montar, constituía para estos actores dramáticos una verdadera fatalidad: habían hecho el ridículo. De hecho, la única función de una anunciada larga temporada fue la del estreno. Es curioso la delgada línea que a veces separa las cosas: al serio le angustia la risa y al cómico la seriedad.
Todas estas reflexiones sobre lo que significa hacer el ridículo vienen a cuento por la noticia que hoy, 6 de agosto de 2019, aparece reseñada por la agencia de noticias EFE: “El Gobierno de Maduro sugiere a los venezolanos postergar los viajes a EE.UU. por los tiroteos”. El régimen alude a las trágicas masacres acaecidas en los Estados Unidos en los últimos días: la de El Paso, que dejó un saldo de 22 personas fallecidas y 24 heridos y la de Ohio, con 9 fallecidos y 27 heridos, lo que, sin duda, constituye una catástrofe lamentable, una nueva muestra de la locura enfermiza que evidencia el tema de los tiroteos en los Estados Unidos y el delicado tema del control de armas, siempre polémico en la sociedad norteamericana.
Ahora bien, dicho lo anterior, hay que decir esto otro: que un régimen que asesina, tortura, quita la vista a adolescentes, lanza a presos políticos del décimo piso, asesina a jóvenes manifestantes en las calles, un régimen responsable de lo que de seguido se describe:
- “En las últimas dos décadas más de 300.000 venezolanos fueron asesinados, lo que arroja un promedio de al menos 41 homicidios por día” (es decir: Venezuela tiene 2 El Paso cada día) (O.V.V.).
- “Más del 60% de los asesinados en los últimos 20 años (cerca de 200.000) tenían entre 14 y 29 años cuando perdieron la vida, en tanto que el 90% eran hombres y más del 80% vivían en la pobreza.” (O.V.V.).
- “Otra consecuencia de esa falta de respuesta por parte de las instituciones es el uso de la «justicia privada», que ha incrementado en los últimos años los casos de linchamiento y de asesinatos por encargo, que ocurren en situación de impunidad y pérdida del Estado de derecho”. (O.V.V.).
- “Entre 2016 y 2018, los funcionarios de seguridad mataron a 18.339 personas, equivalentes a 509 ciudadanos por mes, y en lo que va de 2019 los cuerpos policiales han asesinado a 15 personas a diario bajo el argumento de haberse resistido a la autoridad” (Briceño León)
La lista seguro es más larga y dolorosa. Pero repito: que un régimen responsable del agobio de sus connacionales por todos los crímenes descritos, les sugiera que no visiten a los Estados Unidos de América por el peligro que esta visita podría acarrear para su seguridad, es muestra inequívoca de que se ha perdido todo sentido del ridículo. En nuestro caso, la desnudez del rey es patéticamente pornográfica.
Estos sesalmados no tienen el mínimo pudor cuando lanzan un comentario,ellos se ganan el premio « Nobel del ridiculo «
Completamente de acuerdo contigo, querido Laureano. Este régimen jamás ha tenido sentido del ridículo, para ellos eso es desconocido. Saludos.
En verdad Laureano nos presentas tu artículo con tal agudeza y claridad que concluimos que este régimen apesta de tanta procacidad. Maduro sigue las “enseñanzas” de su padre y mentor. Recuerdas cuando Chávez llamó a Cuba “el mar de la felicidad”.
La huida hacia adelante, les sirve como coartada pérfida para encubrir una realidad vergonzosa.
Gracias Laureano,
Magnifico…, como siempre.
El régimen debe recomendar visitas guiadas a la 905, al Junquito, las salidas nocturnas. Es decir a todos esos sitios donde según ellos reina la paz, la tranquilidad, o sea el mar de la felicidad.
Una verdad incomensurable.
Las expresiones del gobierno dan pena ajena Absurdas.
Estimado Laureano,
Antes que nada felicitarte por plasmar nuestra desgracia tan elocuentemente en unas pocas lineas, el sentido del ridículo de algunos gobierneros mas allá de hacer sonreír lo que mueve es a la pena ajena y a la vergüenza ante el mundo, al querer ocultar tamañas verdades con pusilánimes respuestas.
Como siempre, excelente! Ud. Es único
Estimado Laureano sus reflexiones anteriores son aleccionadoras. Es Usted excesivamente decente connotando una de las condiciones de la gente que dizque gobierna y que le sobra el ridículo, el asunto pareciera más grave, que más que abundarle el ridículo le falte en la misma medida o probablemente un poco más es el sentido, porque para nosotros aquí en Venezuela, padecer de este defecto, no tener sentido, es lo que llamamos comúnmente “ese es un loco” expresión en la cual caben los peores improperios, como “hacerse el loco”, que es lo que hace el gobierno con las estadísticas que Usted razonablemente presenta, como tambien con lo que son por ejemplo las políticas públicas, sobre este tema del significado de la falta de sentido, de ser “un loco” haría falta un artículo completo, que es la parte suya, y que con seguridad corresponde como traje a la medida al gobierno. Lo que sí es pertinente resaltar es que lo que ha aguantado nuestra gente en casi cuartaparte de centuria no se ha visto en otro pueblo en la faz de la tierra, ahora entiendo porque acopla la expresión Tierra de Gracia, no solo por la inmensidad de los recursos naturales que nos expolian entre rusos y chinos, sino también por la inmensidad y condiciones humanas de nuestros coterráneos, para resumirlo, como acostumbramos aquí en Venezuela: “Job, se quita el sombrero”