En el marco de un foro organizado por la Escuela de Ciencias Políticas de la UCV, Laureano Márquez, quien manifestó su emoción por encontrarse nuevamente en ese espacio donde se formó e hizo sus primeras incursiones humorísticas, sostuvo con firmeza que «el hombre empezó a reír cuando empezó a pensar».

En su alocución analizó el humor político en Venezuela, siempre perseguido, incluso en tiempos insignes de la democracia, y entendido como la manera con la que la sociedad corrige el rumbo de sí misma y se defiende de la angustia y la opresión.

Para Márquez el humor no solo deja indefenso sino que atemoriza al poder porque se vale del ejercicio del ingenio para «desnudar la arbitrariedad, la inconsistencia y las contradicciones».

Zoon politikon

Quiero poner dos puntos sobre el tapete, al hablar de humor y política. Qué entendemos por humor y qué entendemos por política.

Leía el libro de un historiador de la Universidad de Jerusalén que explicaba por qué el ser humano se convirtió en el dominador del mundo. Nos convertimos en dominadores porque fuimos capaces de agruparnos en manadas numerosas, los otros homínidos cuando se reúnen en una manada de 80 monos, por ejemplo, se dividen en dos y después cuando esas dos también llegan a 80, se vuelven a dividir.

Somos animales que pudimos reunirnos en una manada de hasta 30 millones de personas, como la manada de los venezolanos. ¿Qué es lo que une a estas 30 millones de personas?, una idea y esa idea es la venezolanidad. Venezuela no existe físicamente es como concepto una creación mental que está en la cabeza de cada uno de los ciudadanos que vivimos aquí.

El hombre se constituyó en dominador de la humanidad y de sí mismo, de allí nace la actividad política, que es la que tiene que ver con el poder y es tan antigua como el hombre mismo, comenzó siendo muy primitiva pero fue evolucionando.

El humor es una actividad esencial del ser humano, que empezó a reír desde que empezó a pensar y creo además, como decía Aquiles Nazoa, que es una manera de pensar sin que el que piense se dé cuenta de que está pensando.

Con el humor el hombre trata de entenderse a sí mismo y lo que le sucede y una de las cosas más importantes que le sucede es el poder. Como decía Aristóteles, el hombre es un zoon politikon , no es lo mismo un animal político que un político animal, son dos concepciones radicalmente diferentes. Nosotros tenemos de las dos, muchos más de la segunda que de la primera, lamentablemente.

A través del ejercicio del humor nos liberamos y defendemos de todo aquello que nos causa o bien angustia o bien opresión. Algo que ha producido opresión es el ejercicio del poder político, que no siempre se ha ejercido de manera democrática, plural y respetuosa. Buena parte de nuestra historia como humanidad ha sido el ejercicio del poder político arbitrario, pero aún en los sistemas abiertos la dominación produce desasosiego, angustia e inquietud, todas se canalizan con el humorismo.

Lucha y compromiso

¿Qué es el humorismo político? es la manera con la cual la sociedad corrige el destino de sí misma, expresa sus angustia y su inconformidad sobre sus acontecer político. Este humor ha sido perseguido, atacado y silenciado. ¿Por qué se le ataca tanto desde el poder?, porque sencillamente el humor tiene algo con lo que el poder no cuenta: el ejercicio del ingenio.

El poder está indefenso frente al humor, por eso le teme tanto. Solo tiene ametralladoras, soldados y tanques de guerra, es decir, no tiene nada, nada que pueda asustar al humor. Pero el humor si asusta porque tiene fuerza para desnudar la arbitrariedad, la inconsistencia y las contradicciones.

El humor en Venezuela siempre ha estado vinculado al tema político y casi siempre ha sido perseguido, incluso en el periodo de la fundación de la democracia del Pacto de Punto de Fijo. Siempre ha estado comprometido con los ciudadanos y la lucha frente a la arbitrariedad del poder.

En la época de Juan Vicente Gómez se encerraba a la gente en La Rotunda, el humorista Leoncio Martínez estuvo preso y muchos otros fueron víctimas de la persecución.

Cuando el gobierno de Guzmán Blanco -quien tenía fama de no ser del todo honesto en el manejo de los fondos públicos- se le pidió a un humorista, en medio de una fiesta, que improvisara unos versos, éste se dirigió hacia una mesa llena de frutas, tomó una manzana y dijo: por una cual presente perdió el paraíso Adán, si hubiese sido Guzmán, se roba hasta la serpiente. Eso llegó a oídos del presidente y ahí terminó el cuento.

Un joven dramaturgo llamado Francisco Robreño escribió una sátira del poder, titulada Excelentísimo Señor , en la época del general Carlos Soublette. Gracias a los adulantes, que son casi siempre los que convencen al poder de que es más importante de lo que efectivamente es, llegó a los oídos del gobernante lo de la obra y pidió llamar al autor.

El joven fue hasta el despacho del general, leyó la sátira y Soublette comenzó a reír y le expresó: veo que usted se burla de mí, pero le voy ser honesto, yo esperaba mucho más, vaya y monte su obra porque Venezuela no se ha perdido ni se perderá porque el pueblo se ría de su Presidente, podrá perderse cuando su Presidente se ría de su pueblo.

Todo se resume en esta anécdota. El humor es la posibilidad que tiene el pueblo de reírse de sus gobiernos para frenar la posibilidad de que el gobierno se ría de sus ciudadanos, hecho trágico.