La palabra arrepentimiento viene del francés «repentir» que a su vez deriva del latín tardío «poenitere», “ser penitente”, en el latín vulgar se convirtió en “repoenitere”, “ad repoenitere” hasta llegar a “arrepentir”. Alude a pesar de una persona por algo que ha hecho o dejado de hacer. Cuando Jesús quiere explicar cómo se comporta Dios frente a nuestros pecados cuando nos arrepentimos, lo hace con la parábola del hijo pródigo: un hijo que pide a su padre la parte de la herencia que le corresponde y se va de su casa. Gastó la mitad de su fortuna en una vida disoluta de parranda y meretrices y la mitad restante la despilfarró. Termina en una situación desesperada, que asemeja a la de un venezolano de hoy: sin nada que comer, sin trabajo, sin salud, cuidando unos cochinos, tarea en la cual el dueño de los cerdos le supervisa no vaya a ser que se coma la algarrobas destinadas a los animales.
Para hacernos una idea del pecado del hijo pródigo (prodigo en este caso es sinónimo de maniroto. En derecho romano se declaraba “prodigus” al que derrochaba el patrimonio legado), la ofensa más grande que se puede hacer a un padre es pedirle la herencia. Equivale a lamentar que el padre aún no se haya muerto, es en cierta forma matarle en vida. Cuando el hijo en el más profundo estado de desesperación, decide volver a su casa arrepentido y el padre -que sale todos los días al camino a ver si le ve regresar- le ve venir, sucio, miserable y arruinado, corre a su encuentro, le abraza, le besa, le baña, le viste con ropas caras, le coloca un anillo y mata a su becerro más cebado (¿qué culpa tenía el becerro?) para hacer una fiesta. Hay fiesta en la casa del Padre cuando alguien se arrepiente de corazón. No hay reproches, la alegría del bien es tan grande que borra todo lo demás.
Nosotros los venezolanos vivimos en el reino de la maldad. Hay cosas que Dios entiende que nosotros los humanos no alcanzamos a comprender. Vendrán días de arrepentimiento de aquellos que hicieron daño. El arrepentimiento es una cosa tan profunda que cómo saber si se trata de un acto verdadero del corazón o una actitud oportunista de quien ve la inminente caída del mal en el que militó y cambia de bando para seguir en lo mismo.
De cualquier manera, la pregunta que surge en estos casos, es la del hermano del hijo prodigo, su razonable indignación porque su padre celebra la vuelta del desgraciado, mientras el, siempre fiel y obediente, nunca ha tenido fiesta. La pregunta es: ¿por qué no somos capaces de oponernos al mal cuando estamos frente a él?, cuando nuestra voz interior nos dice que eso no es correcto y toma consciencia del daño que se hace. ¿Por qué insistir en la maldad, regodearse en ella, colocar el provecho propio por encima de las vidas sagradas que están en nuestras manos?
Leo en parte de la entrevista:
Rotondaro: “ El Ministro Luis López decía que había que guardar los medicamentos para las elecciones de la ANC.” En ese momento: ¿qué le detuvo para no hacer lo correcto?
“Rotondaro indicó que más de 4 mil personas fallecieron en un año por falta de diálisis”. Se trata de 4000 personas que pudieron salvarse, que podrían estar vivas: ¿cómo se sigue con la vida de uno luego de tanta muerte ?
El verbo latino “paenitere”, de donde dimana “penitencia” significó en su origen “no tener bastante de algo”. Quizá quien hace un daño consciente a otro está movido por la idea de que no tiene suficiente y algún provecho saca de ese daño. Parece entonces que un signo creíble del arrepentimiento es el de poder resarcir el mal que se ha ocasionado. En el caso de las vidas perdidas, desafortunadamente ya no hay nada que hacer, pero sería un claro signo de arrepentimiento y un importante impulso al perdón que todos aquellos arrepentidos devolvieran lo que tomaron indebidamente en función de sus acciones. Sería una humilde y ejemplar forma de recomponer aquello que se ha roto, Ndaro.
Me parece que el método japones hara-kiri sería una buena forma en que los funcionarios públicos de los gobiernos de Chávez y Maduro nos mostrarán su arrepentimiento. Ni más, ni menos.
A veces simulan arrepentimiento para poder disfrutar de los bienes delictuosamente conseguidos, no sera ese el caso del ex presidente del IVSS Rotondaro? En todo caso para convencernos de su arrepentimiento, debe regresar los bienes que sustrajo del Instituto que administro durante largo tiempo.
Cuando el barco se hunde…(ya Uds. conocen el resto)
Genial como siempre.
Me preocupo por usted después de leer las amenazas de Tania Diaz a los intelectuales
¿Qué es la GUACACA?
Así se llamó al tribunal que juzgaba a los culpables del genocidio de Ruanda. El genocidio de Ruanda fue un intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hegemónico hutu de Ruanda en 1994.
Se calcula que la muerte de Tutsis fue de unas 800.000 personas. En Ruanda, la tarea fue muy difícil dado que un gran número de jueces, abogados o miembros del personal de la judicatura habían desaparecido y las infraestructuras del país se habían destruido.
En Venezuela: Hacer justicia tras las atrocidades cometidas masivamente pone a prueba el sistema judicial mejor equipado. La amnistía y el perdón cristiano que mencionas Laureano, debe ser para la población en general que se sumó o apoyó la barbarie chavista.
Creo que “todo el mundo sabe” quienes y donde están los dirigentes y corruptos chavistas que fría y cruelmente tuvieron y tienen la directa responsabilidad del exterminio de Venezuela.
Deben ser juzgados y condenados de acuerdo a nuestras leyes por sus obvios crímenes. Si no hay JUSTICIA -así con mayúsculas- será un débil proceso de cambio, cuando la nación corte con este horror llamado chavismo y estaremos sentando un frágil precedente, vulnerable y endeble de repetirse que las historias de los pueblos nos cuentan fehacientemente.
Aplicar una especie de lo que fue la Guacaca de Ruanda en nuestra Venezuela será más fácil pues aquí hay una bien clara y visible Guacaca sin el Guá.
Muchas Siempre apreciado Laureano por tus acertados artículos.
«Gastó la mitad de su fortuna en una vida disoluta de parranda y meretrices y la mitad restante la despilfarró.» Por fin hay alguien que concuerda que gastar plata en parrandas y meretrices no es despilfarrar, es inversión con unaTIR inmediata.
Una misericordia muy grande deberemos tener para reparar, ante Dios Padre, tanto daño que se le ha hecho a miles de enfermos; pero la ley terrena debe tomar acciones para hacer justicia en nuestros hospitales y volver a tener lo que es un derecho que Dios nos ha dado, la vida.
Admiro cada artículo suyo por su perspectiva y profundidad, sin embargo cuando hablamos de los seres humanos no tomamos conciencia que la historia es cíclica y que los que ahora se deleitan del poder serán los que en el futuro sufrirán los efectos de sus propias causas.
Esta muy bien la explicación
Mucha fuerza y fe necesitarán ustedes los venezolanos para perdonar tanta maldad, tanto crimen, tanto abuso, tanto robo, tanto chantaje, tanto atropello de la dignidad individual y colectiva , tanta mentira. Pero Dios debía permitir de vez en cuando, alguna otra licencia ajena al perdón para resarcir el alma profundamente adolorida como la tiene hoy el noble pueblo venezolano ante la monstrousa pervesidad a q ha sido sometido. No tengo dudas de q el espectáculo de ver colgados en plaza pública, durante semanas, hasta q se sequen, a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, los hermanos Rodríguez, a Tarek, a la Cilia Flores y a toda la banda de criminales, genocidas, corruptos, ladrones q se autodenominan chavistas ( mentira, no tienen más ideología q la del robo y el abuso), ese espectáculo, le haría un bien precoz y profundo al alma herida del pueblo venezolano. . Se necesitarían varias de las más largas avenidas de Caracas para este fin , pq son muchos.