Laureano Márquez tiene un ingenio único. Es de respuestas espontáneas, muy bien hiladas y con sentimiento profundo. Este humorista venezolano (nació en Islas Canarias, España, pero emigró a Venezuela con su familia siendo un niño) es vocero de una realidad -de la crisis que vive Venezuela-, pero también da un mensaje de esperanza.

El próximo 14 de junio el también politólogo estará visitando por primera vez Montreal con su monólogo Sit Down, en una serie de espectáculos que está realizando fuera de Venezuela, principalmente en ciudades en las que la diáspora venezolana es tan numerosa que ya llena una sala o un auditorio, de tal manera que tanto él, como otros compatriotas, puedan presentarse sin temor a dejar butacas vacías.

Desde Caracas, Laureano Márquez dio una entrevista a NM en la que habló sobre el plan A y B de los venezolanos (quedarse o emigrar) y sobre la necesidad de no convertir este tema en un conflicto adicional; sobre el venezolano de hoy y sobre la posibilidad de hacer humor, de opinar y disentir en un país donde la censura se ha convertido en norma, porque -en sus propias palabras- “lo que está pasando en Venezuela no es normal”.

El emigrar o quedarse

-En un país tan dividido, se suma una nueva división: emigrar o quedarse. Las palabras de Lorenzo Mendoza reavivaron un debate que está latente ¿Cómo encontrar un punto de encuentro, ahora, sobre este tema?

-Yo creo que emigrar y quedarse son dos opciones, ambas, perfectamente válidas. Creo que emigrar no es desentenderse de Venezuela, porque siento que la gente que está afuera está muy angustiada, probablemente, incluso, muchas veces más angustiada que nosotros por lo que está pasando en el país. Considero que hay opciones vitales; cada uno de nosotros tiene un punto hasta donde puede, e incluso es prudente, aguantar y resistir.

Lo que está pasando en Venezuela no es normal. Venezuela se ha convertido en una prisión para los ciudadanos que vivimos en ella y yo entiendo perfectamente que mucha gente haya tomado la opción de irse del país. Es un indicativo de la situación, de cómo estamos de mal.

Por otro lado creo que irse de Venezuela no es nada sencillo. Para irse de Venezuela hay que ser muy valiente. Yo creo que este tiempo exige de nosotros dos tipos de valentía:

Valentía para el que se va y valentía para que el se queda. El que se encuentra con un montón de dificultades. La vida fuera de acá (Venezuela) es sumamente dura, es sumamente inhóspita. Para nosotros el mundo desarrollado es sumamente inhóspito; el mundo de la autoridad y de las leyes que se cumplen es una cosa inhóspita. Adaptarse a esas sociedades donde el trabajo es exigente y la vida es costosa, donde además estás no por voluntad, estás obligado por las circunstancias. Ningún venezolano que se ha ido de Venezuela se ha ido porque ha querido irse, no ha sido una decisión libre, los venezolanos que se han ido lo han hecho presionados por la circunstancias del país.

Me parece que no se puede establecer sobre eso un punto de conflicto. Me parece que, al contrario, los venezolanos estamos en este momento viviendo una diáspora que es consecuencia de lo que se vive en el país.

Los venezolanos luchamos. En todos lados. Los que están fuera, luchan afuera y los que estamos aquí, luchamos aquí. Ambas luchas son importantes.

Acabo de regresar de Austin (Texas) donde hay un encuentro de estudiantes que se llama Plan País. Se reúnen una vez al año. Son estudiantes que están en universidades norteamericanas y están haciendo un esfuerzo para diseñar el país con el que sueñan. Me parece que es un trabajo noble y estoy convencido de que esos muchachos, de veinte, veintitantos años, van a venir al país cuando se gradúen y van a construir el país que sueñan.

De modo que esa distinción me parece intrascendente.

-Si ya el plan B no es, necesariamente, echarle pichón al plan A ¿Qué le dices al venezolano que está en Barquisimeto, en Caracas, o en cualquier ciudad del país que le comenta: “yo voy a seguir luchando por Venezuela”?

–Lucha y ten esperanza y busca dentro de tu alma qué es lo que puedes hacer, tu contribución espiritual para que Venezuela sea mejor. Yo no pido a nadie actos de heroísmo, porque tampoco yo soy un héroe. Yo le pido a la gente que resista hasta que pueda resistir. Pero le pido a la gente, sobre todo, que tenga una vida honesta. En este momento de profunda deshonestidad, en la función pública, en la dirigencia venezolana, TÚ no seas partícipe de la deshonestidad, aunque todo el mundo se corrompa tú tienes que decir “yo no”, aunque todo el mundo lo haga mal, “yo no”.

-¿Qué le dices al venezolano que está en Montreal, en Londres y te comenta: “Yo voy a seguir luchando por Venezuela?

-Le digo exactamente lo mismo que al que está en Barquisimeto. Sigue adelante, sigue luchando por Venezuela, desde donde estés y tienes muchas maneras de hacerlo y sigue haciendo las cosas bien. Si estás estudiando, fórmate, estudia, porque Venezuela va a necesitarte formado, estudioso y bueno, para construir un país mejor.

-¿Cómo definirías al venezolano de 2015?

El venezolano del 2015 está en medio de una de las crisis más dramáticas que ha vivido la sociedad venezolana. Es una crisis muy dramática porque viene después de 15 años de abundancia petrolera más grande de nuestra historia. El país está en bancarrota, la economía está destruida. El venezolano de hoy yo lo definiría como un venezolano perdido, que siente que su destino no lo puede entender, que ha sido trastocado, que ha sido confiscado, su futuro y su esperanza.

Pero a ese venezolano le digo que hay que mirar introspectivamente en nuestra alma nacional y en nuestra historia y veremos que siempre hemos tenido venezolanos de primera línea, venezolanos trabajadores y venezolanos inteligentes que se han esforzado por construir un país mejor y que ese ejemplo, ese ejemplo es que el debemos adoptar y no el del sinvergüenza que se llevó 4 mil millones de dólares y los tiene en un banco de Andorra.

El humor: ingenio contra censura

Al preguntarle sobre la época de la Radio Rochela (programa referencia del humor venezolano que se transmitió por cinco décadas en RCTV, canal de televisión que fue cerrado por el gobierno de Hugo Chávez), Laureano Márquez reconoce que siente nostalgia, no sólo por el espacio en sí, sino por país en su conjunto. Esto no le exime de reconocer que hubiese querido que muchas cosas, entonces, hubieran sido diferentes, destacando la inclusión de todos los venezolanos en el acontecer nacional.

A pesar de la nostalgia y la no-normalidad que se vive hoy en el país suramericano, Márquez asegura que el humor es no sólo una forma de sobrepasar las barreras de la censura, es una forma de pensamiento, de reflexión.

-En Venezuela hay personas presas por opinar en Twitter, sin dejar de mencionar que hay también personas presas o con procesos abiertos por protestar. Si el humor es también una forma de protesta, de opinar y analizar, para tratar de entender los procesos que viven las sociedades. ¿Cómo se hace humor hoy en Venezuela?

-Este es un momento estelar para el humor venezolano pero no porque la gente quiere reír, sino porque la gente quiere pensar y el humor es un mecanismo de pensamiento. El humor es uno de los pocos espacios libres que quedan para hablar, para disentir. La gente valora mucho, la gente siente que a través del humor puede escuchar y soñar un país distinto. Eso es lo que hacemos nosotros sobre el escenario.

El humor se convierte en el último refugio de la libertad porque es el último que puede sobrepasar las barreras de la censura con el ingenio.

-¿Cuál es el futuro del humor en Venezuela?

-El futuro es esplendoroso. Cada vez hay nuevos humoristas, muy comprometidos, haciendo cosas. Hay caricaturistas brillantes. Algunos están dentro y algunos, obligados, están fuera del país, pero todos formamos parte de una misma comunidad espiritual y desde donde quiera que estén, ellos siguen haciendo sus caricaturas y siguen haciendo sus críticas.

Venezuela va a salir de esto. Se los digo convencidos de que va a salir. Yo no sé cuánto tiempo tardará, porque todavía no hemos terminado de empeorar, pero Venezuela va a salir, quizá, con esta lección aprendida. Entonces vendrá la tierra de esperanza, de sueño, de tolerancia, donde pensar distinto no sea limitación. Donde nadie sea acusado por pensar diferente, donde podamos compartir, a través de los votos, una democracia que respete no sólo al que ganó, sino que respete, especialmente, al que perdió, porque la democracia es, en el fondo, aquel sistema en el que el que pierde no lo pierde todo y el que gana no lo gana de todo.

Laureano-Marquez-Montreal-2015

¡A sentarse!

-¿En Montreal vas a mandar a todo el mundo a sentarse, porque en Venezuela cuando te van a dar una mala noticia te preguntan: ¿estás sentado?, pero no todo son malas noticias…

–Traigo buenas noticias. En Venezuela hay muchas buenas noticias en medio de todo ¿Cuál es una buena noticia? Tenemos otra cara de nuestra historia que es amable, que es generosa, que es buena. De la que sentirnos orgullosos. Tenemos otra narrativa que es distinta a la de la flagelación que tanto nos gusta a los venezolanos cuando decimos “somos malos, no tenemos esperanza, somos corruptos, nosotros somos flojos, nosotros somos vivos”. Hay otra Venezuela.

Hay muchas razones para sentirse orgulloso y esperanzado.

-¿Después de tus presentaciones en Canadá tienes otras fechas en el extranjero?

Antes de Canadá tendremos presentaciones en Perú y Panamá y luego (de Canadá) en Europa, seguramente en España. Estamos analizando Inglaterra, Francia e Italia.

 

La presentación de Laureano Márquez en Montreal es organizada por el Canada Venezuela Democracy Forum y contará con la participación de la cantautora Soraya Benítez, de Pablo Benítez y René Orea. Las entradas se pueden adquirir aquí.