No es fácil encontrar categorías teóricas que nos ayuden a comprender el proceso político venezolano: la demolición de uno de los países que por sus condiciones materiales podrían considerarse de los más afortunados y prometedores del planeta.
Acosado por un modelo político destructor, es difícil entender cómo éste se sostiene, cómo logra fortalecerse mientras peor es su desempeño, cómo logra sobrevivir con el mundo en contra, con sanciones internacionales y una larga lista de etcéteras.
Resulta, pues, que ya hay un desarrollo conceptual que nos permite explicar el fenómeno político venezolano de los últimos tiempos: la antifragilidad. La idea ha sido desarrollada por el escritor libanés-norteamericano Nassim Nicholas Taleb en su libro: Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden.
Creo que la mejor manera de presentar este concepto es como lo hace su propio autor: «Algunas cosas se benefician de los sobresaltos, prosperan y crecen cuando se exponen a la volatilidad, la aleatoriedad, el desorden y los factores estresantes y aman la aventura, el riesgo y la incertidumbre. Sin embargo, a pesar de la ubicuidad del fenómeno, no hay palabras para lo opuesto a lo frágil, llamémoslo antifrágil.
La antifragilidad está más allá de la resiliencia o la solidez. El resiliente resiste los choques y permanece igual, lo antifrágil mejora». El régimen político venezolano es, quizá el más claro ejemplo de antifragilidad aplicada a la política.
Fenómenos, como la corrupción, el irrespeto al ordenamiento constitucional, el fraude electoral, la violación a los derechos humanos y la destrucción de la economía, entre otras situaciones que, en su conjunto o aisladamente, han acabado con los regímenes políticos que los promueven, en Venezuela terminan robusteciendo al poder.
Mucho se dijo -por ejemplo- que, sin dinero, un sistema político populista no podría sostenerse, pues parece que la ausencia de ingresos le hace más fuerte en otras formas de dominación. Cada desastre brinda a la oligarquía gobernante nuevas oportunidades de afianzar su poder.
Si la gente emigra huyendo, se beneficia de las remesas internacionales; si escasea la comida, el control político de la gente que depende de los alimentos repartidos por el gobierno es mayor; si convoca a elecciones y frente a ellas la oposición se abstiene, se beneficia porque le resulta menos complicado ganar, pero si participa, también se beneficia, porque logra legitimar la trampa.
Es que incluso, la crisis del combustible en un país petrolero, ha hecho que el aumento del precio de la gasolina -tan polémico en otros tiempos- se haya dolarizado, como decían los giros de crédito de antes: “sin aviso ni protesto”.
Todo lo que para otros regímenes políticos es adversidad, para el de Venezuela es aprovechable, ventajoso, favorable: narcotráfico, guerrilla, terrorismo internacional, etc.
Los propios errores terminan convirtiéndose en una gran ventaja para el régimen venezolano: si falla la electricidad, se logra movilizar a la población contra el “Imperio que ha causado la falla” y entonces cada apagón termina favoreciendo la tesis de la conspiración y del complot internacional, que además sirve de excusa para detener a adversarios políticos que puedan representar incomodidad u obstáculo.
Quizá el más reciente ejemplo de la antifragilidad del régimen es la pandemia del Covid 19, que en otras latitudes ha debilitado gobiernos, en Venezuela le vino al régimen como anillo al dedo para aumentar el control social, para convertir el retorno al país en un delito, para encarcelar a periodistas independientes dispuestos a informar, para ayudar a sobrellevar el colapso del combustible y para mantener a la gente recluida e impedida de protestar.
En definitiva, hay gobiernos que se tambalean cuando lo hacen mal, el régimen venezolano se fortalece con cada calamidad, sea ésta provocada por él o producto del azar. Al enviar un paquete con contenido delicado, se le suele poner una etiqueta que dice: “frágil, manéjese con cuidado”. Venezuela es un paquete que lleva por fuera una etiqueta diferente: “antifrágil, manéjese a los coñazos”. Y ya sabemos quién se la ha colocado.
No hay que buscarle tres pies a gato…nuestro antifrágil gobierno bolivariano se sostiene gracias a la desinteresada ayuda de nuestros hermanos chinos, a la desinteresada ayuda de nuestros hermanos rusos, a la desinteresada ayuda de «nuestros hermanos Avtomat Kalashnikova AK-47» a la desinteresada ayuda de nuestros hermanos iraníes, a la desinteresada ayuda de nuestros hermanos turcos, a la desinteresada…
NOTA: donde dice gracias a, debe decir por culpa de.
Estimado Laureano, con todo respeto Usted el fenómeno investigado lo expone con refinada complejidad: La antifragilidad. En realidad es sencilla la respuesta: El interfcto ha establecido un estado de cosas bajo las reglas de los infractores de la ley (que además cuentan con las armas, de todo calibre, además del uniforme para legitimar su uso, abuso?) pero no hay que des motivarse, ilusionarse (en criollo apendejsase), para explicarlo con un simplismo: La tierra es redonda y da vueltas, con tres movimientos diferentes, o bien lo que hoy es mañana no será, que viva Venezuela!!!
Leo tu articulo Laureano y más me convenzo que faltó la única premisa a considerar para contestar y anular todas tus aseveraciones: Es el miedo, lo que les da una aparente fortaleza, porque es de la bota de los MILITARES FELONES Y SUS ARMAS (de donde les emana el poder y aparente fortalecimiento les viene )
No es un regimen antifragilistico: Controlan los poderes y tienen patente de corso para matar, desaparecen y «suicidar» Venezolanos. Es un terror catatónico a morir de hambre o que lo desaparezcan.
Revisa la historia y veras que es una fortaleza aparente que la han tenido todos los regimenes totalitarios y que les nace de la boca de un fusil.
Muy bien.
Como dicen los pavos.Demasiado buenooooo
Muchas gracias Laureano por tus lúcidas reflexiones. Son muy buenas, pues reflejan nuestra tragedia con meridiana claridad, y lo mejor es que lo haces de manera original y creativa. En mi humilde percepción, la cantidad de vidas que se están perdiendo por causa y negligencia de la «coalición» gobernante será inocultable, pero hasta eso parece que lo terminará fortaleciendo. ¡Que terrible!
Esto es lo más parecido a un «País Barroco»
Muy bueno. mi consigna siempre fue que nuestro problema no era Chavez. Somos un pais que considera que el erario publico es un botin a ser apropiado por quien se adelante. Chavez lo que dio fue el tiro de partida.
Apreciados amigos: una nación tiene cuatro pies para sostenerse: 1.- FEDECAMARAS, muy asustada, por miedo a que arremetan contra sus miembros, utilizando los múltiples mecanismos ya probados por un Estado represor, para doblegar al Capital; 2.- Los sindicatos: la mayoría fueron corrompidos por un gobierno manipulador y perverso; otros en la cárcel y algunos otros dirigentes, en el exilio. 3: La prensa libre(medios): de libertad no hay nada. Miles de emisoras de radio cerradas; cientos de periódicos y revistas clausuradas; los pocos que quedan, se deben plegar a la línea editorial del Estado; y las emisora de television, las más castigadas, sufrieron lo mismo: clausuradas unas y arrodillado otras. 4. Los partidos políticos: estos, al igual que los demás, sufrieron el embate de un Gobierno sin escrúpulos: los dividen, los intervienen; compran a muchos de sus dirigentes (alacranes) y una gran cantidad de dirigentes, la mayoría, tuvieron que optar por exiliarse o callarse. Quienes no tomaron alguna de estas acciones, están hoy en el cementerio , la cárcel o las puertas de ella. Esa es la nación que tenemos. La lucha es férrea y hay que mantenerla, no hay alternativa.