Soldados:
Ya, desde la palabra que los nombra, la cosa se complica un poco: soldar es unir firmemente algo y el soldador el que realiza la acción de soldar. Pero la naturaleza metálica de la palabra “soldado” tiene otro origen: según el diccionario etimológico, viene del latín “solidus”, que era la moneda de oro con la que se les pagaba a los centuriones, dinero sólido, de donde dimana también sueldo (con razón Borges amaba tanto las etimologías). Así pues la milicia está más cerca del sueldo que de la unión firme, aunque la de firme sea la posición que mejor les define. Los soldados tienen las armas de una nación. Algunos pensamos que un mundo sin armas sería muchísimo mejor, pero hay demasiados intereses involucrados, que impiden este sueño. El ser humano es a la vez maravilloso y decepcionante: fabrica artefactos de increíble ingenio, pero que solo sirven para el exterminio de sus congéneres.
La fuerza armada, por su propia naturaleza está gobernada por la obediencia y la disciplina. Tiene lógica, en el fragor de una batalla, las órdenes del estratega (en griego “strategos” era general) no pueden ser cuestionadas. Este binomio de autoridad y obediencia hace pensar a muchos que las sociedades deben ser gobernadas militarmente, que uno solo debe mandar y el resto obedecer.
Pero la historia demuestra lo contrario, que tanto mejor, más querida y respetada es la fuerza armada, cuanto más está al servicio de la democracia y la libertad, que no hay cosa peor que un soldado que vuelve las armas en contra de su pueblo para reprimirle y asesinarle. Ya lo había dicho el general Bolívar (no olviden que ustedes son bolivarianos) en diferentes pensamientos:
“El sistema militar es el de la fuerza, ya la fuerza no es gobierno”;
“Es insoportable el espíritu militar en el mando civil”;
“Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad”
y la consabida: “Maldito sea el soldado que vuelve sus armas contra su pueblo”.
Pero en una hora tan trascendente como la que vivimos, que marca la diferencia entre la esclavitud y la libertad (¡también la de ustedes y sus familias, por cierto!) les animo con aquella magnífica exhortación que Charles Chaplin hizo en el discurso final de El gran dictador y que no tiene en este momento desperdicio alguno:
“Soldados:
No os entreguéis a ésos que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir.
Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina.
Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo los que no aman odian, los que no aman y los inhumanos.
Soldados:
No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. En el capítulo 17 de San Lucas se lee: «El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres…» Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravillosa aventura.
En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia.
Luchemos por el mundo de la razón.
Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad.
Soldados:
En nombre de la democracia, debemos unirnos todos.»
Como siempre, leo todo lo que escribes y publicas con atención, con afán y con admiración. Siento que eres el eco de lo que muchísimos venezolanos pensamos y sentimos (quiero ser optimista con lo de muchísimos, y a lo mejor no me equivoco). Así que gracias. Para mí has sido el cronista y el pensador ecuánime de estos «tiempos del cólera», algo (o muy) esquizofrénicos. Con elegancia, con donosura y con respeto. De nuevo, ¡GRACIAS! Por estar, por ser y por existir.
el soldado se debe al pueblo no a parcialidad política ni personal
Muy a propósito con el momento que viviremos los próximos días un fuerte abrazo
Excelente como todos tus artículos. Confiada en la consciencia de estos soldados para salir de esta tiranía.
Extraordinario y oportuno, como siempre.
Genial Laureano, Dios está con todos los oprimidos, los soldados incluyendo sus familias y ésta es la vía hacia la Libertad y Democracia, contamos con ustedes para devolvernos y reconstruir nuestra Venezuela!
Mejorar lo que el amigo Laureano describe tan sencillo y poetico es imposible, que manera tan perfecta de mensaje a nuestra armada Nacional, no hay peor ciego que el que no quiere ver, todos pero todos unidos por la libertad y la Democracia
Como siempre, acertivo en tus artículos
Estimado Laureano, he seguido desde hace mucho tu letra, hoy a pocas horas del día en que puede ser el principio del fin de un estado criminalmaente malcado y
Estimado Laureano, he seguido desde hace mucho tu letra, hoy a pocas horas del día en que puede ser el principio del fin de un estado criminalmaente marcado por la infamia y la maldad, llamas nuevamente a la unión de todos y con la esperanza puesta en que el sector militar abra no solo sus ojos, sino también su mente y sus corazones… Esperemos que llegue a donde tenga q llegar para que la balanza definitivamente sea inclinada a favor de la libertad, nuestra libertad. Saludos desde mi destierro autoinfligido (Panamá)
Excelente. Gracias por el dato de que nuestro diputado Borges ama tanto las etimologías.
Excelente reflexión para los soldados
Excelente Sr. Laureano. Esperemos que algunos de ellos lean su carta y sean portavoces de la misma, para que así entren en razón y salgan de ese imnotismo en que se encuentran muchos de ellos, que despierten por su familia, por el pueblo, que después de hacer el bien serán recompensados por Dios. No hay en el mundo mejor recompensa que saber que su pueblo es libre y vive en paz, gracias a su valentía. Ud Sr. Laureano, es una persona muy especial para nuestro país, con su palabras nos da aliento y esperanzas. Gracias amigo. Dios lo Bendiga.
Muy bien por esas palabras. Todos unidos en una sola voz «hermandad»
Cómo siempre… Te la comes! Mejor explicado imposible! Que despierten!
Acertadisimo escrito Laureano.
Los militares deben defender la democracia, que significa «mayoría», demostrada ayer en las calles.
Al dictador lo sigue una minoría por miedo, egoísmo e ignorancia.
Es momento que cierren filas a favor la libertad en Venezuela.
Excelente ,una vez más nos das una enseñanza ,que siempre tendremos que agradecerte.En estos momentos tan cruciales para nuestra LIBERTAD,la jornada de ayer 23 de Enero ,fue una manifestación de valentía de nuestra sociedad y nadie nos puede quitar.DIOS y nosotros somos los dueños de nuestro futuro como NACIÓN LIBRE Y SOBERANA.
Marabilloso artículo como todo lo que escri bes,
Laureano, siempre es un placer leerte.
Esperemos que todo se resuelva en paz y por la vía diplomática.
Acá en Argentina solo los progres (léase: comunistas que nunca han vivido el comunismo o socialismo en carne propia) apoyan a Maduro. Los que nos ganamos la vida trabajando y sabemos del esfuerzo, apoyamos a cualquier alternativa viable para gobernar al valiente pueblo venezolano. ¡FUERZAS! Y no bajen los brazos.
Un saludo desde Argentina.
Siempre excelente! Gracias por refrescarnos el alma con tus artículos!
Admirado Lauriano como siempre tan asertivo y hermosa carta que permita mi Dios llegue al corazón de los
Soldados y nos ayuden y a ti te bendiga tu talento de escritor…
Muy bueno tu escrito, pero lamento decirte que nuestros soldados no te leen, ya tu sabes están en otros menesteres limpiando cuarteles lo cual no es malo,pero otros sumisos a la orden del opresor, y apegados al salario que lo mantiene ligado a la sobrevivencia y a la repugnante idea que con un fusil en sus manos oprimiendo serán los grandes generales.
Excelente Laureano, en estos cruciales momentos de la historia de nuestro Pais, que tanto tu como yo lo amamos más que al que nos vio nacer, es tan importante escritos que salen desde el corazón, GRACIAS
Genial Laureano.!
Una pieza extraordinaria! Mejor dicho: otra. Otra pieza extraordinaria.!
Ojalá Guaidó sea asíduo lector tuyo también.
Gracias por taaaaanto, Laureano!
Un abrazo.
SERIA INTERESANTE PODER PUBLICAR ESTO POR EL FACEBOOK,AGREGENLE EL DETALLE PARA PODER TENER ESTA OPCION . GRACIAS.
Excelente escrito, como siempre, pero me parece que es un lenguaje muy inteligente y culto como para ser comprendido por los «soldados», aunque espero estar equivocado.
EL CIVIL SIEMPRE PUEDE SER MILITARIZADO, PERO EL MILITAR NUNCA PODRÁ SER CIVILIZADO. (Unamuno)
Estimado Laureano, muy bueno tu artículo, excelente por demás, solo tengo que hacerle una observación: el capítulo 17 de Lucas no dice literalmente eso, a menos que sea una interpretación personal, lo cual debería aclarar, por favor corrija ese detalle pues es usted un escritor que goza de mi credibilidad y respeto.
SIMPLEMENTE EXCELENTE