Una progresiva penumbra se cierne sobre el país como consecuencia de los recortes eléctricos. Realmente no se sabe si son recortes, racionamientos, cortes programados o apagones, porque siempre existe en nuestra tierra una manera eufemística para denominar las cosas, para evitar llamarlas por su nombre, particularmente cuando detrás del nombre existe la incompetencia de algún hombre. El caso es que la electricidad falla. Según la autoridad correspondiente, la culpa es del progreso: como la gente está tan bien –se nos explica- y los niveles de vida en los últimos tiempos han mejorado ostensiblemente, compramos más aparatos y derrochamos energía. Es una posibilidad, pero si el progreso en efecto condujese a fallas eléctricas, Noruega tendría que estar en la más absoluta oscuridad, ¿no les parece? Sin embargo, en ese país toda la electricidad proviene de fuentes hidroeléctricas y es el 6º productor del mundo en el ramo, al punto de que exporta electricidad. Claro que en la nación nórdica no hay iguanas, se entiende.

También se dice que se trata de un sabotaje de la oposición. Pero quién puede estar detrás, porque si no ha sido fácil para ellos lograr un candidato de unidad, menos ponerse de acuerdo para acabar con el sistema eléctrico, a menos que se trate de un saboteo generalizado de la gente encendiendo luces y aparatos a diestra y siniestra, para hacer colapsar la generación del indispensable fluido, al estilo de las protestas japonesas en las cuales los trabajadores en vez de detenerse, trabajan el doble, generando un aumento de la producción que origina perdidas a la empresa. ¿Será que la gente está aumentando el consumo a propósito?

Queda otra opción: la incapacidad de la gerencia pública. Pero se descarta. Es verdad que cuando la electricidad estaba en manos privadas no había estos problemas, pero se trataba de una estrategia capitalista, los empresarios hacían que la empresa funcionara lo mejor posible y con eficiencia para hacernos creer que el capitalismo es bueno. Fíjense hasta donde llegan en su retorcida manipulación.

En fin, señores, pongámonos las pilas, busquemos iluminación interior, porque como dijo Gerbasi: “venimos de la noche y hacia la noche vamos”…el propio eclipse, pues, pero por largo que sea, no puede durar para siempre. Según los mayas, el mundo se acaba en el 2012. Pero los venezolanos estamos tan empavados, que es capaz que se acaba el mundo y aquí sigue.