El paso del huracán Dorian por las Bahamas ha sido terriblemente devastador. La solidaridad internacional debe manifestarse, sin lugar a dudas. Sin embargo, el leer que el gobierno de Venezuela ofrece su apoyo, no deja de producir cierta perplejidad para los venezolanos. El huracán que azota a nuestro país es también de categoría 5, pero no solo devasta, arruina y destruye todo lo que encuentra en su camino, sino que, además, el nuestro se devuelve cuando su ojo detecta algo que aún se le quedó en el camino por arrasar. Está dotado, en tal sentido, de inteligencia destructiva y -como si fuera poco- se detuvo en el país y se niega a moverse.
He aquí algunos de los efectos devastadores de nuestro huracán:
- Ha dejado a su paso miles de muertos, no solo como consecuencia de la delincuencia sin control y exacerbada, sino también -cosa que es mucho más grave- por la acción de los organismos públicos cuya misión debería de ser la defensa de los ciudadanos y que se han dedicado a la violación sistemática de los más elementales derechos humanos.
- Otros miles han quedado atrapados en prisión sin ninguna posibilidad de recibir ayuda ni asistencia.
- Ha destrozado centenares de miles de hogares, desde sus cimientos, cuyos integrantes se encuentran refugiados en los más remotos lugares del planeta (se habla de más de 4 millones de desplazados).
- Ha destruido extensas zonas selváticas en el arco minero, arrancando árboles de raíz y acabando con el frágil equilibrio ecológico.
- Miles de empresas desaparecieron al paso de este huracán, dejando a muchos sin empleo y en la más precaria pobreza.
- Vías de comunicación destruidas, transporte público colapsado y amplios sectores del país se encuentran sin suministro eléctrico, como Bahamas tras el paso del Dorian.
- Tampoco hay suministro regular de agua ni de combustible.
- Los hospitales están colapsados, no se consiguen medicinas ni alimentos de primera necesidad.
- Para colmo de males, nuestro huracán impide la llegada de la ayuda humanitaria que la población necesita.
Todos estos efectos se han hecho sentir en Venezuela con la misma dureza que el Dorian, solo que, en veinte años que lleva estacionado sobre nosotros, fue aumentando de categoría. Bahamas volverá pronto a ser un lugar floreciente, se repondrá con el espíritu de la gente y la ayuda de buena voluntad. Nosotros sin embargo, seguimos sin poder contabilizar la magnitud de los daños, porque nuestro huracán no termina de pasar.
Mientras, tenemos el descaro de ofrecer ayuda a Bahamas. Más o menos qué podemos ofrecer: ¿agua?, ¿combustible?, ¿plantas eléctricas?, ¿alimentos?, ¿medicinas? Vaya descaro el de nuestros vientos. El primer ministro de Bahamas habla de una destrucción sin precedente, la nuestra es con presidente, usurpador, claro.
«He aquí ALGUNOS de los efectos devastadores de nuestro huracán:» – Buenas tardes Lic. Laureado(sic) Márquez, en efecto, la lista de los efectos devastadores es «muuucho más laaarga».
Estimado Laureano. Lo publicaré tantas veces hasta que todos a mi alrededor lo lean. Vaya que el desastre Nicolas no tiene comparación. No hay huracan, ni terremoto, ni tsunami, evento ecológico, humano o sobrehumano que supere el hecho de que un verdadero idiota sobrestimado en su capacidad de destrución nos ha hecho a los venezolanos dentro y fuera de nuestro país. A veces es muy dificil enterder que los que estamos afuera estamos presos también. Privados de nuestras familias, privados de documentos, con terror de regresar y al mismo tiempo deseandolo todos los días. Mi hijo al que extraño con locura me dice una frase horrible, «mamá, eso que tanto añoras, ya no está» . Yo quiero que al volver hagamos que esté todo eso de nuevo. Entre todos podríamos verdad?
Siempre Laureano no hace falta mayores explicaciones , así mismo es este huracán lleva 20Años y sin ninguna esperanza de que se vaya prontamente…dentro de la excelencia estas tu … lamentablemente Venezuela sigue dentro del Huracán..
Agreguemos este punto, si me lo permites querido compatriota Laureano Marquez:
El ataque inmisericorde a la decencia, y al respeto ciudadano. Cambiaron la bonhomía venezolana por una ciudadanía procaz e indigente.
– Venezuela ha conocido el odio y la discordia, un país otrora dispuesto y sencillo a ayudar al prójimo, al viajero, al extraño, es ahora temeroso, desconfiado, agresivo, suspicaz y rabioso.
– Venezuela desconfía, recela, sufre y llora sus muertos.
– A Venezuela le quitaron su Libertador, sus raíces, su nombre.
– Venezuela emigra, se avergüenza y padece en tierras extrañas y lenguas extrañas a las suyas…Añorando su Patria.
La más grande y profunda herida que habrá que restañar será -cerrar esas llagas abiertas de la desconfianza del odio y el exterminio y volver a un camino Venezolano y Auténtico.
Revivir el respeto como uno de los valores humanos más importantes.
Revisar y erradicar el vocabulario chavista soez y violento. Levantarnos de las cenizas con humildad y entrega amorosa. Sentirnos obligados y con la responsabilidad ineludible, como venezolanos, de la reconstrucción de nuestro país.
Realmente nuestro huracan totalmente desvastador, como siempre tus escritos acertados
Siempre tus escritos son acertados, y llenos de la verdadera lucha que debemos hacer los Venezolanos
mas acertado imposible
Cada día muchos buscan ganar perversamente, pues a eso nos han llevado, se aleja al pueblo de la bondad y la inteligencia se sigue deteriorando a quienes en la patria de tormentos luchan cada día, contra todo lo que arrasa y corrompe… invito a todos a trabajar por el bien y con dignidad, Dios nos va a escuchar y nos va a librar de este terrible huracán…para Dios nada es imposible, si confiamos en él